La semana pasada vimos en LaMula.pe cómo una empresa croata lanzó una campaña publicitaria para apoyar a su selección en el campeonato mundial de fútbol. Lo hemos visto muchas veces en el Perú cuando nuestra selección ha participado en clasificatorias. Es lo común, muchas veces el deporte es utilizado para invocar a la unidad nacional. Pero no siempre es fácil, más aún si el país tiene conflictos internos y hay intentos de separatismo, como es el caso de Bélgica, que en breve debuta en el máximo certamen futbolístico frente a Argelia.   

Bélgica tiene tres idiomas oficiales, una buena dosis de nacionalismo y una fuerte idea separatista. Es una nación dividida en tres regiones: la flamenca, de habla holandesa; la valona, ​​de habla francesa; y la bilingüe Bruselas.

La historia de ese país trae a la actualidad conflictos pasados. Hay intereses económicos y políticos que en los últimos años han devenido en algunas disputas entre los belgas. Flandes es la zona más favorecida económicamente y es vista con recelo por Valonia, donde la mayoría de sus habitantes se negaron, por ejemplo, a aprender el neerlandés, hablada principalmente en el otro lado. Hablar francés era más imponente por la importancia de Francia en la escena mundial. 

Por otro lado, la diferencia lingüística sirve para alimentar a los partidos de derecha como la Alianza Flamenca Nuevo (N-VA), bajo el mando de Bart De Wever, que predica lo que ha denominado la "evolución" del país hasta su desaparición, es decir, Bélgica ya no debe existir y debe más bien dar lugar a regiones independientes. Si Flandes se separara de Bélgica y se constituyera en nación independiente, los analistas geopolíticos consideran que Valonia preferiría anexarse a Francia. 

¿Reflejo en el fútbol?

El efecto de lo lingüístico se aprecia con la selección belga cuando ésta, por ejemplo, da conferencias de prensa. Ocurre que algunos de sus jugadores hablan en flamenco, holandés y francés, y no pueden hablar en un lenguaje común porque o no los han aprendido o no quieren. Sin embargo, es poco probable que estas diferencias perjudiquen el desempeño del equipo en la Copa. Y la prensa belga considera que mucho importará lo que haga Vincent Kompany, el capitán, quien habla los tres idiomas y en quién recaerá la unidad de las estrellas belgas. Los dirigentes también se han manifestado y han exigido que los políticos no se metan con la selección de fútbol.

"La situación política en Bélgica por el momento es muy tensa, entonces lo que hay que hacer es mantenerse alejado de ella. Pero, bueno, este es nuestro país y sería ridículo esperar o desear algo que no es la unidad. Lo que debemos hacer es centrarnos en lo mejor que Bélgica tiene y no pensar en las diferencias", dijo Kompany al The New York Times. Y es que además el equipo se ha preparado de tal manera que –según los analistas deportivos– es uno de los que mejor preparado llega al torneo. 

La canción belga para el mundial

Paul Van Haver, cantante y compositor de música belga más conocido en el mundo del espectáculo como Stromae, es quien hizo el tema oficial de la selección de Bélgica para el Mundial.

El video oficial muestra al cantante en la concentración del equipo, como un hincha más, tratando de interactuar con varios de los futbolistas y el cuerpo técnico para convencerlo de que participen con él en el video oficial de la canción que les compuso.