Fuleco es la mascota del Brasil 2014. La potente máquina publicitaria del mundial de fútbol le atribuye gestos gráciles, tiernos y juguetones. La calle y el humor gráfico dicen otra cosa.

¿Te incomoda?

La toma es del fotógrafo Christophe Simon, de la agencia AFP, publicada ayer en una galeria en The Guardian. ¿Te incomoda? interpela el grafitero que dejó una agresiva estampa sexual. Y prosigue: ¿Cuántas reubicaciones se han hecho por la Copa?. 

Según la 'Articulación Nacional para la Copa del Mundo', una organización que moviliza a la ciudadanía a partir de los pasivos sociales generados por Brasil 2014 y los próximos Juegos Brasil 2016, un cuarto de millón de personas perdieron su hogar o podrían perderlo en el futuro, a causa de los desplazamientos provocados por la necesidad de espacio e infraestructura de dichas competencias internacionales.

La quenelle

Esta es de la cuenta de tigen55 en Flickr. El grafitti muestra a Fuleco haciendo el gesto de la quenelle, de connotaciones racistas, y rodeado de pilas de dinero. La quenelle -una broma de tono antisemita creada por el comediante Dieudonné- llegó a los estadios en el brazo del futbolista francés Anelka, que lo usó para celebrar el gol que con la camiseta de West Bromwich anotó al West Hamp a fines de 2013. 

Fuleco represor

Sergio Moraes capturó para la agencia Reuters esta imagen en el viaducto de San Sebastián, que linda con el famoso Sambódromo de Río de Janeiro. Fuleco ha tomado partido por la represión y apunta con un rifle contra el lema "Queremos educación, no represión".

E nosso

Fuleco es un armadillo, pero aquí que sabe de "chanchadas". De saco y corbata, con la dura sonrisa del poder (?), luce como un tipo haciendo malos negocios con el Mundial. 

La inscripción juega con el lema popular "O maraca e nosso" (el maracana es nuestro), usado en este contexto como lema de la campaña que acusa que la remodelación del estadio para el Mundial 2014 ha expulsado a sus usuarios habituales, restringiendo su carácter público y reorientandolo a quienes gozan de mayor capacidad de pago. Fuleco y su amigo retrucan: "es nuestro". La toma es de  Yasuyoshi Chiba, de la agencia AFP.

Fuleco, caballero

En esta gráfica de Rafael Limaverde, Fuleco participa en una carga policial a caballo. Va a la grupa y, encandilado, no se percata de las piedras que le arrojan al represor. La viñeta es de junio de 2013, cuando varias ciudades brasileras, Rio en particular, vivían una oleada de movilizaciones por la crisis del transporte público que se empataría luego con la protesta ciudadana por el gasto público en la Copa FIFA Confederaciones 2013, y preparación de la Copa Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. 

Bota abaixo

También en la línea de la gráfica política esta la viñeta de Latuff, un caricaturista político hiper crítico a la reforma urbana que ha sufrido Rio de Janeiro para la Copa del Mundo. En esta entrevista, Lattuf se queja: "Río de Janeiro no es un tablero ni un juguete. Lo han tratado como si lo fuera, pero las personas que viven en favelas, los quilombolas [cimarrones], en las zonas indígenas saben que eso no es juego", dice refiriéndose a los desplazamientos y desalojos. 

En la gráfica de Latuff, ambientaba al pie de una favela sobre la que marcha un tractor, Fuleco es un matón con fusil, lleva una camiseta del mundial y un collar con cadena con la inscripción Eike, por Eike Batista, uno de los hombres más ricos de Brasil, que hizo grandes negocios en el petróleo y la construcción de edificaciones privadas y públicas, incluidos estadios, antes de caer en investigaciones por lavado de activos en 2013.